viernes, 17 de abril de 2015


LA ENORME IMPORTANCIA DE LAS PATENTES EN NUESTRA VIDA COTIDIANA


No cabe duda que la función más importante de una invención que cristaliza en patente, o al menos, la más solidaria, es la que nos lleva a concluir en que esta figura pretende el avance del ser humano, el hacer más fácil su vida y el separar las dificultades que nos impone la madre naturaleza.

Resultado de imagen de inventores dibujosDesde el papel, que fuera inventado por los chinos hace 3000 años o el paraguas, creado por el mismo pueblo, lo que así se acredita por estampas del S. II a.C , hasta el jabón que tiene origen en Persia hace 5000 años, o el primer tenedor en Turquía hace 6000, aunque por medio entrara en desuso en la Edad Media; desde el sándwich, invento del IV Conde de Sandwich en 1792, por no querer levantarse de la mesa de juego, haciendo preparar a su cocinero un trozo de carne entre dos rodajas de pan untado de mantequilla, hasta la venta de hamburguesas por primera vez en 1948 por parte de los hermanos McDonald’s; desde el primera bolígrafo inventado por Lewis Edson en 1919  hasta la primera computadora personal creada por los hermanos Jobs y su marca Apple en 1976, si bien no siendo explotada hasta 1981 por IBM; todos estos inventos no han hecho sino desarrollar la comodidad del ser humano: hacer la vida más placentera, como conclusión.

 ¿Se podría concebir la vida en una ciudad sin el semáforo inventado por  Barnes en 1912 en Cleverland? ¿Sería la misma nuestra vida sin la TV, inventada como sistema audiovisual en 1926 por el científico británico Baird? ¿Y si Graham Bell no hubiera dado el primer paso en 1876 en el mundo de la comunicación oral, con la figura del teléfono?

Pero es que este desarrollo no tiene fin. Sabían que se está trabajando en la actualidad en vacunas por inhalación contra el sarampión; en recargar el IPOD o el móvil con un gesto de la mano; en un cóctel de camarones como fuel sustitutivo de la gasolina o en una nariz electrónica para detectar enfermedades renales…?

Lo triste de alguno de estos inventos es que el creador no tuvo la prudencia de defender sus derechos frente a tercero, lo que le habría hecho casi con toda seguridad millonarios. La pregunta es: ¿cómo es concebible que haya aún inventores que no se planteen el hecho de protegerse frente a otros menos geniales, pero no nos engañemos, más listos que se benefician de aquellos?

Rafael Jiménez






Rafael Jiménez Díaz
Abogado y Agente de la Propiedad Industrial
FERNÁNDEZ-PALACIOS ABOGADOS


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